MIR PEDRO
Pedro Mir (1913-2000)
Nació en San Pedro de Macorís y murió en Santo Domingo. Poeta, narrador,
ensayista y profesor universitario dominicano. Por su profunda voz poética se le
considera como uno de los grandes bardos de la poesía hispanoamericana con tema
de compromiso social, a favor de los explotados.
Hijo de un cubano y una puertorriqueña, vivió en un área dedicada al cultivo de
la caña de azúcar. Esta mezcla de razas y culturas que le tocó vivir se
manifiesta en la su labor de poeta, que se puede ver reflejada en muchos de sus
mejores poemas.
Estudió Leyes en la Facultad de Derecho y se doctoró en esta materia, llegando a
ser profesor universitario. Pero su fama le viene de sus poemas que aparecieron
por primera vez en Listín Diario. Estos primeros poemas despertaron el interés
de algunos críticos, pensando que sería el portavoz y mensajero de la voz
dominicana de aquellos tiempos inquietos.
Pero esta esperanza no se hizo sentir hasta que, desde el exilio en Cuba,
apareció su largo poema: "Hay un país en el mundo", con el subtítulo de "Poema
gris en varias ocasiones", hermoso canto a su país de origen, Santo Domingo,
carente de identidad y libertad por haber estado siempre colonizado
socioeconómica y políticamente por potencias extranjeras. Este primer poema vino
a considerársele como una nueva poética. Todo su poemario, de hecho, es un grito
de protesta contra estas fuerzas ajenas y una llamada de atención a la falta de
identidad nacional. Con este poema se consagró el poeta más representante de su
país en el siglo XX y, quizás, uno de los más grandes del mundo de las letras
hispanoamericanas.
Le siguieron a éste otros poemas importantes, como "Si alguien quiere saber cuál
es mi patria", "Amén de mariposas" y "Concierto de esperanza para la mano
izquierda", etc., de los cuales damos algunos ejemplos aquí.
Pedro Mir se convirtió, no solamente en el interés de los críticos, por el valor
estético de sus poemas, sino también de su gente, en "la voz del pueblo", puesto
que incluso por las calles muchos iban recitando sus masivos e iluminados poemas
sociales. Quizás por ese retintineo, esos versos en forma de estribillos, ese
martilleo constante y ese ritmo interno en forma de baile. Es todo él una mezcla
de popularismos y cultismos, cosa muy inusitada entre los poetas de su categoría.