Poesías
Manuel del Palacio Simó
Poesías
Manuel del Palacio Simó
(Lérida, 1831 - Madrid, 1906)
Morir habemus
Ese pollo que ves en la cocina
Colgado de las patas y sin pluma,
Ese vaso de vino con espuma
Que te hace andar a ratos de bolina;
Esa apretada y roja tagarnina5
Que menos arde cuanto más se fuma,
Ese dolor de muelas que te abruma
Y esa baja de fondos que te arruina;
No son, como tú piensas, nimiedades,
Ni caprichos tampoco de la suerte10
Que otros suelen llamar casualidades.
Ejemplos son con que el señor te advierte,
En la forma que cumple a sus bondades
Que todo es ilusión, menos la muerte.
A una negra
Ya el matiz del rubor me causa
enojos,
de hipócrita virtud mentido sello;
ya no me encantan el nevado cuello,
la tez de rosa y los azules ojos.
Placen de mi capricho los antojos5
de bronce y mármol el conjunto bello,
ondas del mar copiadas en cabello,
labios de fuego trémulos y rojos.
¡Ven hacia mí, mujer! Con dulces lazos,
bajo un bosque de palmas y laureles10
mi corazón te entregaré a pedazos:
ven y tus gracias tímida no veles;
quiero estrecharte en mis amantes brazos...
pero, ¡ay, alma del alma, qué mal hueles!
La mano negra
Rústico labrador que de la azada
no disimulas la rugosa huella;
artista que del genio la luz bella
en mármoles y lienzos ves copiada;
obrero a quien despierta enamorada 5
la aurora que las sombras atropella...
cual si fuese de púdica doncella
gozo estrechando vuestra mano honrada.
De rosas y jazmines me parece
cuando curtida, porque a Dios le plugo,10
negrea del trabajo y encallece.
Esa de la miseria rompe el yugo:
la que con lodo y sangre se ennegrece
no la debe estrechar sino el verdugo.
Poesías
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