A Iturbide en su coronación
Francisco Ortega
A Iturbide en su coronación
Francisco Ortega
¡Y PUDISTE prestar fácil oído
a falaz ambición, y el lauro eterno
que tu frente ciñera,
por la venda trocar que vil te ofrece
la lisonja rastrera5
que pérfida y astuta te adormece!
¡Sús! despierta y escucha los clamores
que en tu pro y del azteca infortunado
te dirige la gloria:
oye el hondo gemir del patriotismo,10
oye a la fiel historia,
y retrocede ¡ay! del hondo abismo.
En el pecho magnánimo recoge
aquel aliento y generoso brío
que te lanzó atrevido15
de Iguala a la inmortal heroica hazaña,
y un cetro aborrecido
arroja presto, que tu gloria empaña.
Desprecia la aura leve, engañadora,
de la ciega voluble muchedumbre,20
que en su delirio insana,
tan pronto ciega, abate como eleva,
y al justo a quien hosanna
ayer cantaba, su furor hoy llega.
Con los almos patricios victoriosos,25
amigos tuyos y en el pueblo electos,
en lazo fiel te anuda;
atiende a sus consejos, que no dañan:
sólo ellos la desnuda
verdad te dicen; los demás te engañan.30
Esos loores con que el cielo te alzan,
los vítores confusos que de Anáhuac
señor hoy te proclaman,
del rango de los héroes, inhumanos,
te arrancan y encaraman35
al rango ¡oh Dios! fatal de los tiranos.
¿No miras, ¡oh, caudillo deslumbrado,
ayer delicia del azteca libre!
cuánto su confianza,
su amor y gratitud has ya perdido,40
rota ¡ay! la alianza
con que debieras siempre estarle unido?
De puro y tierno amor, no cual solía
allegarse, veráslo ya a tu lado,
y el paternal consejo45
de tus labios oír; más zozobrante
temblar al sobrecejo
de tu faz imperiosa y arrogante.
La cándida verdad, que te mostraba
el sendero del bien, rauda se aleja50
del brillo ...
|
|
|
|
|
|