ALIX JUAN ANTONIO

Juan Antonio Alix (1833-1918)
Nació en Moca y se crió en la ciudad de Santiago. Las manifestaciones
espontáneas de la vida criolla, reflejo de virtudes, vicios, inclinaciones
pasionales, tristezas y alegrías, se tamizaban por su alma, y brotaban en la
simple rima de la décima, forma poética con que de preferencia expresaba sus
sentimientos el tipo salido del seno anónimo del pueblo. Con la vena en un
incesante manar, el lenguaje rimado era la expresión natural de su espíritu
jocundo, curioso, ligero, decidor y optimista, tocado siempre del amor y
entusiasmo por las cosas nativas.
Su sentimiento no se aferraba a ninguna de las tendencias pasionales ocasionadas
por lo cambiante de la vida social, sino que las iba siguiendo y captando
conforme a la naturaleza anónima del alma popular de suyo sensible a ciertos
aspectos de la existencia. Cuando usa el lenguaje inculto del campesino, casi el
mismo de las masas de la ciudad, la versificación es más fluida y más certera la
fijación de costumbres y maneras. Producto del medio, tan instintivo y sin
artificio como el llano vivir corriente. Por esa correspondencia, es el primer
poeta eminentemente social que ha tenido el pueblo dominicano. Por doquiera
aparecía el decimero como flor silvestre, y sus producciones, según el grado de
interés que despertaran, corrían de boca en boca, pasando de una región a otra.
El elemento típicamente haitiano, en relación con su lenguaje y costumbres, es
oportuno consignar, fue un particular fermento que puso a manar la cuerda
burlesca del poeta Alix, mostrando lo chistoso propio del contraste de lenguas e
inclinaciones en individuos y pueblos como el nuestro y el haitiano. Décimas
suyas de este género tienen todas soltura y gracejo.
En general, las décimas reflejaban una de las tonalidades del ser social, no
salido del primitivo y elemental existir aldeano, exento de elevadas
aspiraciones y diariamente ocupado en formar con el copioso excedente de sus
energías los suaves canales por donde deslizar el tiempo. Hasta los analfabetos
de las hacían leer para tomarlas de coro y recitarlas en habiendo oportunidad.
Entre los papeles de familia guardados en el fondo del baúl no era raro
encontrar una décima de Juan Antonio Alix. Consideradas desde el punto de vista
de los motivos que las inspiraban, se pueden sacar de ellas cuadros de
costumbres nacionales, de esas que desterradas ya de los centros urbanos,
perduran en las aldeas aisladas del progreso. Se puede, además, formar un
catálogo de palabras y frases populares, cifrada expresión de maneras en el
vivir y estados de pensamiento. Hasta ahora se ha publicado un volumen de las
décimas pero hay material para más. La edición es del año 1927 y tiene prólogo
de José Ramón López. (1833-1917).