Joseph Brodsky
Aldeas de piedra
Las aldeas de Inglaterra construidas en piedra.
Una catedral embotellada en la ventana de un pub.
Vacas dispersas en los campos.
Monumentos a reyes.
Un hombre con un traje comido por polillas
ve partir un tren, dirigiéndose, como todo aquí, hacia el mar,
sonríe a su hija que se va al Este.
Un silbido se oye.
Y el cielo sin fin sobre las tejas
se hace más azul a medida que se llena del exaltado canto de un
pájaro.
Y mientras más claramente se oye el canto,
más pequeño se hace el pájaro.
1975-6
Melodía de Belfast
He aquí una muchacha de una ciudad peligrosa.
Se corta corto su pelo oscuro
para tener que fruncir menos el ceño
cuando alguien resulta herido.
Pliega sus recuerdos como un paracaídas.
Junta la turba desechada
y cocina verduras en casa : disparan
aquí donde comen.
Ah, hay más cielo en estos lugares que, digamos,
tierra. De aquí que el tono de su voz
y su mirada manchen tu retina como una bombilla gris
cuando enciendes
hemisferios, y su falda acolchada que le llega a la rodilla
cortada para coger las ráfagas de viento,
sueño con ella amada o asesinada
porque la ciudad es muy pequeña.
He entrado...
He entrado en una jaula en vez de una bestia salvaje,
quemado mi oración y apodo con una uña en una choza prisión,
vivido junto al mar, jugado a la ruleta,
cenado con el diablo sabe quién vestido de frac.
Desde lo alto de un glaciar he inspeccionado medio mundo,
me he ahogado tres veces, dos veces descuartizado.
Abandonado el país que me nutrió.
Con aquellos que me han olvidado es posible hacer una ciudad.
Me he descolgado por estepas que recuerdan el grito del huno,
vestido con aquello que vuelve ...
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