Rueda Velez Mauricio Eduardo

Mauricio Eduardo Rueda Velez

Nací hace 35 años (27 de diciembre de 1968); en un pueblo costero y de gran poder económico en el norte de España.
Mi educación hasta mi entrada en la universidad fue la de cualquier estudiante que no se brillante ni se esfuerza. Repetí algún curso. En la universidad desperdicie muchos años para al final conseguir una diplomatura en administración de empresas, de la que nunca hice uso.
Aprendí ingles en uno de mis largos años de estudios universitarios estudiando en Inglaterra ya que parte de mi etapa universitaria, la hice a distancia. Ello, me sirvió para trabajar en varios barcos de pasajeros en Escocia y el sur de Inglaterra. Trabaje también en el sector del automóvil, haciendo un poco de todo, menos arreglar motores.
Ahora, trabajo en un restaurante de los que llaman de alta cocina. En mi último curso universitario descubrí la informática, desde entonces intento sacar partido a esos unos y ceros. Escribir, escribo relativamente desde hace poco, quizás pueden ser tres años. En el ordenador por su flexibilidad. También, tengo un cuaderno que uso cuando viajo en avión, es necesario para matar horas de aburrimiento de vuelos retrasados. Tanto poesía como prosa, las dos cosas me gustan, pero con la poesía los sentimientos salen con más fuerza e intensidad…
Dicen, que todos tenemos en algún momento de nuestra vida un espejo en el que vemos como serán nuestros pasos por el mundo. Afortunadamente no tengo ninguno. Quizás lo tuve, sin embargo ese momento ya paso y llego el momento de caminar siendo uno el que dirija sus pasos, donde quiera.
Cuando escribo, me dejo llevar por lo que sale, sin pensarlo. Muchas veces es una frase de alguien desconocido, escuchada en el tren, robada de una conversación la cola de la pescadería. Suelen ser el inicio... después todo va deprisa y cuando se acaba, lo suelo mirar para darle un poco de sentido. Antes lo dejaba como estaba, pero descubrí que con unos pequeños arreglos, se hace más fácil su compresión. Mi mente es complicada, nadie tiene la culpa de ello, así que ¿por qué no facilitar la lectura a los demás? Tengo que luchar constantemente contra mi pereza por acentuar las palabras y poner signos de exclamación, interrogación, etc. Algo así como salir sin paraguas cuando diluvia o conducir el coche de tu padre llevándolo al susodicho.
El autor, que en estos momentos más me interesa, es Mario Benedetti. Sus cuentos tienen una fuerza especial y son muy reales... como si la vida copiara de sus historias. Por que su imaginación se agoto y encuentra en él buen material para ser plagiado. Tengo que reconocer la dureza de muchos de ellos, pero así es la vida. Tom Sharpe me parece un genio del humor cínico e irónico y, John Kennedy Toole otro gran maestro del humor. La causalidad de Paul Auster es envidiada. Para terminar, el Gran Bukowsky con su singular manera de beber, Nadime Gordimer, Verónica Etxebarria, Ángeles Mastretta (increíble) y Margaret Weiss con sus mundos donde todo es posible.
Ahhhhhhhhhhh huyo de los actuales best seller americanos...

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