A la muerte del general Don Manuel Belgrano
Juan Crisóstomo Lafinur
A la muerte del general don Manuel Belgrano
Canto elegiaco
¿Por qué tiembla el sepulcro, y
desquiciadas
sus sempiternas losas de repente,
al pálido brillar de las antorchas
los justos y la tierra se conmueven?
El luto se derrama por el suelo,5
al ángel entregado de la muerte,
que a la virtud persigue: ella medrosa
al túmulo volóse para siempre,
que el campeón ya no muestra el rostro altivo
fatal a los tiranos, ni la hueste10
repite de la Patria el sacro nombre,
decreto de victoria tantas veces.
Hoy, enlutado su pendón, y al eco
del clarín angustiado, el paso tiende
y lo embarga el dolor: ¡dolor terrible15
que el llanto asoma so la faz del héroe!
Y el lamento responde pavoroso:
«Murió Be1grano» ¡oh Dios! ¡así sucede
la tumba al carro, el ay doliente al viva,
la pálida azucena a los laureles!20
¡Hoja efímera cae! ¡tal resiste
al Noto embravecido y sus vaivenes!
Campeón ilustre, atleta esclarecido,
la mano que te roba, hollar las leyes
que el corazón conoce; el jaspe eterno25
tu nombre mostrará a los descendientes
de la generación que te lamenta.
La patria desolada el cuello tiende
al puñal parricida que la amaga
en anárquico horror; la ambición prende,30
en los ánimos grandes, y la copa
da la venganza al miedo diligente.
Aun de Temis el ínclito santuario
profanado y sin brillo; el inocente,
el inocente pueblo, ilustre un día,35
a la angustia entregado; el combatiente
sus heridas inútiles llorando
escapa al tambor; el país se enciende
en guerra asoladora, que lo ayerma;
asoma la miseria, pues que cede40
la espiga al pie feroz que la quebranta.
¿Y ora faltas, Be1grano?... Así la muerte,
y el crimen, y el destino de ...
|
|
|
|
|
|