Poesía. Selección
Carolina Coronado
Poesía. Selección
Carolina Coronado
(Almendralejo, Badajoz, 1820 - Lisboa, 1911)
En un álbum de una señora que quería que se dijese algo acerca de la
desgracia de ser mujer
¡Oh Dios! nacer mujer es triste cosa,
desventurada suerte nos rodea.
¡Ay infeliz de la que nace hermosa!
Y ¡ay infeliz de la que nace fea!
Una poetisa del siglo XIX a un poeta del mismo siglo
Tarde te vi tarde escuché tu acento;
muy tarde, sí, para arrancarle al mundo
los tesoros de amor y de talento
que le arrojaste con desdén profundo.
Yo no puedo arrancarle ya a la nada5
el dulce bien que devoró el pasado.
Pero vives; y el alma enamorada
aunque tarde en el mundo te ha encontrado.
Así encuentra la luna su reflejo
en el seno del mar hondo y sonoro,10
y así agitada en el hirviente espejo
sus olas besa con amargo lloro.
¡Mar insondable, de pasión abismo,
batallador, magnífico océano
retratada en tu espejo soberano15
el reflejo de mi alma de ti mismo!
Y en vano fuera huir. Tú el mundo llenas
latente realidad de la poesía.
Donde quiera que hay ser y hay armonía,
voz de la humanidad allí resuenas.20
Huiré de ti, pero estarás conmigo
cuando su rayo la tormenta lanza;
nada su estrago a detener alcanza;
tú eres el huracán y yo te sigo.
Mistenos hay que el universo ignora,25
y si nos atan invisibles lazos
no hay ciencia ni poder ni humanos brazos
que rompan esta ley dominadora.
Más veloz que esos hilos que en el viento,
arpa de Satanás, cruzan la tierra,30
hilos sutiles nuestra mente encierra
que transmiten oculto el pensamiento.
Sin resorte, sin cuerdas, sin sonido,
en silencio la luna y las estrellas,
lejos de ti, yo te diré ...
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