Teresa de Jesús
TEATRO
Llegué de alguna parte con el libreto bajo el brazo.
Busco mis personajes.
Sé que están tristes, sentados en primera fila.
Deben subir al escenario
y lo hacen de mala gana
con los hombros caídos
mordiendo los laberintos que deberán resolver antes de actuar.
Son, a la vez, público y actores
y en ocasiones sin saber qué son
se sumirán en angustia.
El dolor los volverá a parir.
El director se desplaza, furioso,
y todos tememos a sus raptos de ira.
El libreto quiere decir algo
pero se expresa en lengua extranjera.
Los personajes incendian el teatro
y el público huye despavorido.
La obra ha terminado
se corren las cortinas
y las coronas de flores van rodando
como neumáticos sueltos tras el cortejo.
...
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