Un Contador muy sordo trabajaba para la mafia, y era garantía de no enterarse de nada. Por ahí y cuando faltaron diez millones de dólares de la caja, el Jefe para interrogarlo llevó a su Abogada, quien usando el mismo lenguaje por señas de los sordomudos que ella dominaba, le preguntó al Contador dónde estaban los diez millones faltantes. Y el Contador por señas le dijo 'yo no sé de qué están hablando', que la Abogada tradujo de inmediato. Sin dudar el Jefe le apuntó al contador en la cabeza con una Magnum calibre 400, y le pidió a la abogada que le repitiera la pregunta al tipo. La mujer obedeció y el Contador, aterrorizado, con lujo de señas confesó 'la guita está en una valija marrón de cuero, enterrada en el fondo de la casa de mi primo Enzo, calle 26, número 400, del barrio Santa Martha, y mi primo está de vacaciones'. Un parlamento que la abogada tradujo de inmediato como 'me dijo que usted no tiene pelotas para apretar el gatillo y que se vaya a la puta que lo parió'; y ahí mismo el Jefe le voló la cabeza al Contador..
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