Federico Balart
A mi pedicuro
Señor Meléndez: a jurar me atrevo
que si doy un buen paso a usted lo debo.
Usted, usted me evita mil fracasos
librándome de andar en malos pasos.
Para no agradecer como es debido
servicio tan feliz y extraordinario,
sería necesario
tener el corazón encallecido;
y, aun llegado ese caso, usté en un día
¡hasta el callo coral me extirparía!
En agradecimiento a su buen trato,
ahí le remito al dorso mi retrato.
Hosco va; pero ¡piense cómo fuera
si lo que no me duele me doliera!
...
|
|
|
|
|
|