Eugenia Toledo Keyser
VENDEDORA DE ESTAMPITAS
La Madona,concebida mujer,
vestida de pobre,
vende coloridas flores
afuera de la catedral.
Urbana y solitaria madre,
sentada en un banquillo
con un magro pan y un mate
en el desierto de la capital.
No vende indulgencias,
vende estampitas,
un acto de supervivencia
de su íntimo naufragio,
por los hijos de la tierra.
Su cara de greda,
el semblante profético,
sus manos benditas,
sus pies cansados,
su ropa vieja,
mujer y estatua viva,
en las escaleras de la iglesia,
mientras el público pasa,
los ocupados patricios,
que no le prestan
ni una mirada
a la Palabra o el Evangelio
...
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