ROBERT DESNOS
A LOS SIN CUELLO
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Casas sin ventanas,
sin puertas,
de techos hundidos,
Puertas sin cerraduras,
Guillotinas sin cuchilla...
Me dirijo a vosotros
que ya no tenéis orejas,
Ni boca, ni nariz,
ni ojos, ni cerebro,
Ni cuello.
Surgís con paso firme
en el ángulo de la calle
que lleva a la taberna.
Os sentáis a la mesa,
bebéis vino puro,
bebéis mucho,
Y en seguida
el vino circula en vuestros pechos,
llenándolos de una vida nueva :
"¿ Dónde está tu peluca ?"
dice un sin cuello a otro sin cuello,
Que se vuelve sin decir nada
Y lo expulsan
y lo echan
y lo arrastran
y lo pisotean.
"Y a ti, ¿ qué te pasa ?"
"Soy aquél
contra el que se alzan todas las leyes.
Aquél
a quien los partidos extremos
aún llaman criminal.
Criminal de derecho común,
banal como el horno
en donde se cocía el pan
de nuestros padres.
Soy el rebelde
de toda civilización,
El asesino abyecto,
el vil corruptor de niñas,
el sátiro,
El ladrón despreciable,
Soy el traidor
y soy el cobarde,
Pero hace falta acaso más coraje
Para sofocar en sí mismo
la moraleja de las fábulas idiotas
para hacer frente a la opinión.
(Lo que no es poca valentía.)
Soy el rebelde
a toda regla,
El enemigo de todos los legisladores.
¿Anarquista?
Ni siquiera eso.
Soy aquél
sobre el que pesa el eje de todo código,
El hombre de sentidos sobrehumanos.
Anuncio el Moisés del mañana
Y mañana
ese Moisés
exterminará a quienes se me asemejan,
El eterno engañado,
El sin cuello,
Y dadme más vino
y choquemos los vasos.
Mis sin cuello, mis queridos sin cuello,
Hombres nacidos
demasiado temprano,
siempre demasiado temprano,
Hombres que habríais participado
en las revoluciones de mañana
Si el destino no os impusiese
hacer las revoluciones ...
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