Amor
Por ti he llorado,
lleno de ti, en el mar;
he muerto en un valle, mirando el desierto
Pienso que para tí trabajo,
y me confunden tus rostros hermosos,
tus míos vaivenes
Ese talante esquivo
con el que enseñas que todo se pierde si no es tuyo,
y acaso lo tuyo no sea sino perder,
verterse en el otro
¿Cuántos rostros más
habré de pintar con luces intermitentes?
Tu camino es de dos huellas,
y termina en una, lo sé
Y esa con otra en una,
como un embudo sagrado
Por qué entonces separas, en el final,
lo que uniste
O no lo separas,
y sintonizas dos partes
en un momento
Sin duda manejas
una electricidad alquímica,
generador,
y condensas
y comprimes, todos los resúmenes
Aureolas doradas
sean quizá tu forma última,
sintetizador intangible,
más que querubines empolvados
No eres para entenderte, sino para sentirte
vibración última:
Pasaje
Entre tus óvalos inmensos llevas
la voluntad de lo perenne,
las lágrimas, los orgasmos, las imágenes, las voces y los olores,
todas esas cosas; como si fueran una
Llevas las síntesis lumínicas de los sentimientos
en pequeñas esferas al otro lado,
y las arrojas en la luz que todo lo olvida.
Que todo recuerda.
...
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