Evaristo Carriego
LA COSTURERITA QUE DIO AQUEL MAL PASO
LA QUE HOY PASÓ MUY AGITADA
¡Qué tarde regresas!... ¿Serán las benditas
locuaces amigas que te han detenido?
¡Vas tan agitada!... ¿Te habrán sorprendido
dejando, hace un rato, la casa de citas?
¡Adiós, morochita!... Ya verás, muchacha,
cuando andes en todas las charlas caseras:
sospecho las risas de tus compañeras
diciendo que pronto mostraste la hilacha...
Y si esto ha ocurrido, que en verdad no es poco,
si diste el mal paso, si no me equivoco,
y encontré el secreto de esa agitación...
¿quién sabrá si llevas en este momento
una duda amarga sobre el pensamiento
y un ensueño muerto sobre el corazón?
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¿NO TE VEREMOS MÁS?
...¿Conque estás decidida? ¿No te detiene nada?
¿Ni siquiera el anuncio de este presentimiento?
¡No puedes negar que eres una desamorada:
te vas así, tranquila, sin un remordimiento!
¡Has sido tanto tiempo nuestra hermanita! Mira
si no te desearemos un buen viaje y mejor suerte,
...tu decisión de anoche la creíamos mentira:
¡qué tan acostumbrados estábamos a verte!
Nos quedaremos solos. ¡Y cómo quedaremos!...
Demás fuera decirte cuánto te extrañaremos:
y tú, también, ¿es cierto que nos extrañarás?
¡Pensar que entre nosotros ya no estarás mañana!
Caperucita roja que fuiste nuestra hermana,
Caperucita roja, ¿no te veremos más?
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LA INQUIETUD
Les tiene preocupados y triste la tardanza
de la hermana. Los niños no juegan con el gato,
ni recuerdan ahora lo de la adivinanza
que propusiera alguno, para pasar el rato.
De vez en cuando, el padre mira el reloj. Parecen
más largos los minutos. Una palabra dura...
no acaba. Las muchachas, que cosen, permanecen
calladas, con los ojos fijos en la costura.
Las diez, y aún no vuelve. Ya ninguno desecha,
como al principio, aquella dolorosa sospecha...
El padre, que ha olvidado la ...
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