Federico Balart
Ruego
Por mi prima Antonia Cano,
que en su elogio se desquicia,
ha llegado a mi noticia
que existe un Bazar Murciano,
donde por poco dinero
pero con gusto y aliño,
venden juguetes de niño,
de dama y de caballero.
Mi prima, sin reparar
si son malos o perversos,
me pide que escriba versos
en elogio del Bazar.
Yo a sus órdenes atento
y de su acierto testigo,
sobre su palabra digo
que el Bazar es un portento.
Y a Dios ruego, muy formal,
que se digne sostenerlo
hasta que yo llegue a verlo que es declararlo inmortal.
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