Federico Balart
A la eminente actriz María Tubau de Palencia
Por amistad, por conciencia,
hermosísima María,
respeto tu procedencia:
si no fueras de Palencia,
¡qué de cosas te diría!
Años hace que idolatro
más que tu rostro y tu talle,
martirio de más de cuatro
tu talento en el teatro
y tu decoro en la calle.
Para que fueras honor
de solteras y casadas,
te quiso dar el Señor
la hermosura por mayor,
la virtud a carretadas;
y por completar su intento,
llegando a la perfección
con tan extraño portento,
te prodigó el sentimiento,
la gracia y la inspiración.
Mas nada de eso te engría;
porque -¡voto a Belcebú!preciosísima María,
en tu propia compañía
hay quien sabe más que tú.
Se atravesó en tu camino
quien más prueba supo hacer
de tacto, prudencia y tino:
el bribón de Ceferino,
que te eligió por mujer,
pero tu amor dulce y blando
a buen precio se lo cobras
tú que, jugando, jugando,
le vas desacreditando
los títulos de sus obras.
Porque ¿a quién, como mujer,
no dará una charra enojos
si tu gracia llegó a ver?
Ni ¿qué nieves puede haber
donde fulguran tus ojos?
Y, a más, con tu amor sin tasa,
carrera libre de afán
como de obstáculos pasa;
¡y, con tal mujer, su casa
no necesita guardián!
...
|
|
|
|
|
|