Humberto Garza
FERIA
Los caballos giratorios,
blancos y de crines negras;
con ojos inexpresivos
y frentes llenas de estrellas.
Subiendo y bajando van
con los niños vespertinos,
con los niños de alegría,
con los niños distraídos.
Un ángel ensimismado,
sopla, sonriendo, de lejos;
y una dulce canción brota
en las hojas de los fresnos.
La tarde llena de gloria
sonríe como una madre,
meciendo niños felices
en el regazo del aire.
En vano los campanarios
cansan lenguas amarillas,
recordando que ya es hora
de venir a oír doctrina.
Con beatífica sonrisa
y amabilidad radiante;
El Mesías se maravilla
con los niños de la tarde.
...
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